Page 124 - prevencion de recaidas
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EFRÉN MARTÍNEZ ORTIZ Ph.D.


               A estas alturas, tus planes de abandonar el proceso pueden estar
               casi listos para ser ejecutados. Sin embargo, tal vez te encuentres
               con algunas dificultades como el rechazo de tu familia a tu decisión,
               de  tus  compañeros,  y  en  general  de  la  gente  que  te  quiere,  así
               es que no olvides autoengañarte con mayor contundencia y salir
               corriendo,  sabes  que  de  no  hacerlo  tendrás  que  cambiar,  y  por
               ende pagar el precio de la recuperación, y eso es algo a lo que no
               estás dispuesto. No te desanimes, parece a veces difícil arriesgarlo
               todo y perder a la gente que quieres; sin embargo, debes tener en
               cuenta que mucha gente lo ha logrado, se han esforzado y han
               fracasado en su recuperación, incluso han abandonado su proceso
               y vuelto al mundo en el que se encontraban.

              C   Ediciones AQUI Y AHORA, la fotocopia mata el libro  ahora  enfrentan  los  errores  cometidos,  manejan  sus  deseos  de
               Otro es el caso de quienes han sido valientes y han decidido pagar
               el  precio  de  cambiar,  han  enfilado  sus  esfuerzos  y  confiado  en
               el  programa  de  recuperación  que  están  desarrollando;  por  ello

               consumo y su vida está llena de sentido; enfrentan sus miedos, no
               temen a la crítica y se relacionan con los demás sin angustiarse;
               saben poner límites y enfrentar el miedo al disgusto del otro, no
               andan buscando aprobación para que los quieran, ni huyendo de
               los conflictos. Ahora comparten, hablan y se abren a los demás,
               expresan sus emociones de una manera asertiva y han aprendido
               que las cosas no siempre funcionan como ellos quieren, y que no
               pueden controlar todas las situaciones de la vida ni la forma de ser
               de otros; han encontrado un punto de equilibrio, aceptando los
               límites y gozando del dominio de sí mismos. Hoy en día confían en
               la vida y en sus verdaderos amigos, ya no andan a la defensiva, se
               han permitido sentir, crecer y comportarse como adultos sin perder
               la alegría de un niño; enfrentan la vida con la humildad que les
               permite aceptar y corregir sus debilidades, así como bajar la cabeza
               ante Dios para abrirse a la vida espiritual y al amor por el prójimo.


               ¡En este momento tú decides a qué grupo pertenecer, la elección
                     está en tus manos y nuestras puertas están abiertas!








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