Page 76 - Tecnicas de Terapia Cognitiva R Leahy
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Evaluación De los Pensamientos y Comprobación de su Validez
                   T: Bien, ese es exactamente el punto. ¿Cómo podemos evaluar las ideas si son tan  confusas
                     que tan sólo uno o ninguno de nosotros sabe de lo que estamos hablando? Tomemos
                     como ejemplo el pensamiento “Soy un fracasado” que Ud. ha definido como “No lograr
                     lo que quiero”. ¿Cómo puede aquel que está observando su comportamiento decir que
                     Ud. “no está consiguiendo lo que quiere”? Si esa persona lo siguiera desde que se levanta
                     a la mañana hasta que se acuesta a dormir en la noche, ¿le parece que podría entender
                     claramente su definición?.
                   P: (hace una pausa) Nunca lo pensé de esa forma. Es sólo como me siento cuando pienso
                     que soy un fracasado.
                   T: Esa es una observación interesante—“como me siento.” Es casi como si su pensamiento
                     “soy un fracasado” fuera una emoción—es más emocional que verdaderamente fáctico. A
                     menudo, descubrimos que nuestros pensamientos emocionales son bastante confusos. El
                     pensamiento “Esta es una silla” es claro, podemos estar de acuerdo—o no— en que esto es
                     una silla. Pero la frase “Soy un fracasado” no tiene ese tipo de claridad, ¿cierto?
                   P: No, es intensa, pero difícil de determinar.
                   T: Entonces, piense en la ironía que hay en ello. Si realmente no puede identificarla, si otras
                     personas no pueden saber lo que significa, y si se está sintiendo mal por algo tan confuso
                     y difícil de especificar, ¿no podría ser que se esté autocastigando con esta confusión e
                     imprecisión?
                   P: Supongo que sí.
                   T: Y si la definición es tan confusa, entonces le dificulta saber si tiene razón o no y eso lo
                     hace sentirse inútil e indefenso.
                   P: Así es como me siento.
                   T: Entonces, parte de lo que necesitamos hacer es utilizar palabras más claras y más precisas,
                     con el fin de descubrir finalmente si la realidad es tal como la pensamos. Una manera de
                     ser claros consiste en definir los términos por medio de comportamientos o cosas que to-
                     dos podemos observar. Por ejemplo, todos podemos ver que esto es una silla y aquello un
                     reloj. Todos podemos observar que levanté mi brazo derecho y que luego lo bajé. Buenas
                     definiciones permiten buenas observaciones. ¿Piensa que todos podrían, al observar su
                     comportamiento, concluir que es un fracasado?
                   P: No, porque sienten lo mismo que yo.
                   T: Entonces, ¿qué le parece si comenzamos a pensar en conductas y cosas que puedan  ob-
                     servarse en vez de usar palabras confusas como “fracasado” o “valioso”? Imagínese que
                     le está enseñando a otra persona a entender exactamente lo que quiere decir la palabra
                     “fracasado”. E imagínese que esa persona se cuestiona si Ud. está usando el término del
                     mismo modo en el que lo emplean todos los demás.

                 Tarea para el Hogar


                   El terapeuta le pide al paciente que haga una lista de las palabras que utiliza cuando se siente
                 deprimido— por ejemplo, “fracasado,” “perdedor,” o “aburrido” y que luego defina su significa-
                 do y se formule las siguientes preguntas: (1) “¿es esta definición lo suficientemente clara como
                 para que todos entiendan exactamente de lo que estoy hablando?,” (2) “si aplicara esta defini-
                 ción a todos los demás, ¿pensarían que es imparcial?” y (3) “¿qué conductas podrían ejemplifi-
                 car la definición general que estoy usando?” Por ejemplo, si el paciente define al fracaso como
                 “no conseguir lo que yo quiero,” entonces, probablemente sea difícil que otras personas puedan
                 observar esa conducta en los demás. Si esta definición se aplicara a otros, podríamos concluir
                 que todos son fracasados, lo cual sería ridículo. Y, por último, podría notar que ciertas conduc-


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